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La muerte de Stephora Anne-Mircie Joseph: ¿Negligencia fatal o acto de racismo?

  • Foto del escritor: Iván Vldz
    Iván Vldz
  • hace 4 días
  • 2 Min. de lectura



La muerte de Stephora Anne-Mircie Joseph: un país que debe decidir entre la verdad y la vergüenza



La muerte de Stephora Anne-Mircie Joseph no es solo la tragedia de una familia. Es un espejo incómodo que hoy se le pone de frente a la República Dominicana. Y la pregunta es sencilla: ¿vamos a ignorar lo que se está denunciando o vamos a exigir que se llegue hasta el fondo, caiga quien caiga?


Porque aquí ya no se habla únicamente de un accidente en una piscina.

Las versiones que circulan y que las autoridades están obligadas a investigar son graves, dolorosas y revelan un problema que muchos prefieren callar.



La versión más oscura


Testimonios que deben tomarse con absoluta seriedad apuntan a que un adolescente de 15 años habría sumergido a la niña a la fuerza, provocando el ahogamiento.

Y lo que hace aún más perturbador este relato es el motivo señalado por quienes denuncian: “porque era negra”.


No se puede pasar la página como si fuera un simple rumor. No cuando la propia madre reveló que Stephora llegó en varias ocasiones llorando a su casa porque en el Colegio Da Vinci sus compañeros la llamaban “maldita negra”.


Eso no es bullying común.

Es un clima racial hostil, sostenido y normalizado.



¿Dónde estaban los adultos?



Si una niña denunció insultos racistas en la escuela, ¿qué hicieron los docentes?


Si existía un historial de acoso, ¿por qué la enviaron a una excursión sin supervisión estricta?


Si había piscina, ¿por qué los padres no fueron informados?


¿Quién vigilaba en el momento exacto en que una menor terminó bajo el agua?


Todas esas preguntas tienen nombres y apellidos.

Y alguien debe responderlas.



La negación como cáncer social



En este país todavía hay quienes se ofenden cuando se menciona la palabra racismo.

Pero lo que debería ofendernos es que una niña de 11 años llorara por insultos basados en su color de piel y nadie actuara.

Lo que debería indignarnos es que hoy estemos discutiendo si murió por negligencia, por violencia o por odio racial.


Negar el racismo no lo elimina.

Lo protege, lo perpetúa y lo vuelve mortal.



El futuro depende de lo que pase ahora



Este caso marcará un antes y un después.

O se investiga a profundidad —autoridades, colegio, responsables directos, posibles encubrimientos y fallas— o le estamos diciendo al país que las vidas negras, especialmente las más vulnerables, valen menos.


Aquí no se pide venganza.

Aquí se pide verdad, justicia y responsabilidad real.


Porque si la muerte de Stephora queda impune, entonces no fue solo una tragedia: fue un mensaje.


Y ese mensaje no lo podemos permitir.



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